domingo, 30 de marzo de 2008

Evolución de la Creatividad y la Inteligencia en el Individuo: Niños Gifted

El infante y los símbolos

Durante el período comprendido entre los dos y los cinco años, el niño sufre una importante revolución intelectual, a medida que se vuelve capaz de emplear diversos símbolos para referirse a sí mismo, a otros individuos y a sus propias experiencias. Las palabras, imágenes, gestos y números se encuentran entre los variados vehículos que se arreglan para llegar a conocer el mundo simbólicamente, al igual que mediante acciones físicas directas sobre él y discriminaciones sensoriales de él.

Los mismos tipos de discriminación simbólica se hacen con facilidad incluso en culturas en las que no existen pronombres personales. Cuando termina este período, el infante es de hecho una criatura simbolizante, capaz de crear y extraer significados con base sólo en el nivel del uso del símbolo.

El advenimiento del uso del símbolo tiene considerables implicaciones para el desarrollo de las inteligencias. El niño hace una transición irrevocable desde las clases de simple discriminación de sus propios estados de ánimo, a los de otros que han sido posibles sobre una base no mediatizada, hasta un conjunto mucho más rico y elaborado de discriminaciones guiadas por la terminología y el sistema interpretativo de toda su sociedad. El niño ya no necesita basarse en discriminaciones preprogramadas y en sus inferencias idiosincrásicas (si las tiene); en vez de ello, la cultura pone a su disposición todo un sistema de interpretación que puede utilizar conforme trata de comprender el sentido de las experiencias por las que pasa al igual que comprenden a otros.

Una manera en que esta naciente habilidad de simbolización se vuelve hacia el desarrollo personal es la exploración de distintos papeles visibles (y viables) en la comunidad. Mediante el habla, juegos de simulación, gestos, dibujos y cosas parecidas, el niño pequeño pone a prueba las facetas de los distintos papeles o roles que cumplir en la sociedad, a identificar lo positivo de lo negativo. Lo gran un paso importante en la definición de lo que son y qué no son, y qué quieren ser y qué preferirían no ser.
El enfoque orientado socialmente, reconoce que el niño no se desarrolla aislado: de modo inevitable es miembro de una comunidad, y no se puede desarrollar en un vacío su noción de cómo son los individuos. Es cierto que tiene sus propias experiencias afectivas, pero la comunidad es la que proporciona un punto esencial de referencia y los planes interpretativos necesarios para estos afectos.

La simbolización es la esencia en las inteligencias personales. Sin una clave simbólica proporcionada por la cultura, el individuo enfrenta sólo su discriminación más elemental y desorganizada de sentimientos; pero si posee este plan de simbolización, tiene la posibilidad de percibir un sentido de la gama total de experiencias que pueden sufrir él y otro en su comunidad. Además, parece legítimo elaborar los rituales, sistemas religiosos, sistemas míticos y totémicos como claves simbólicas que captan y transmiten los aspectos esenciales de la inteligencia personal.

viernes, 14 de marzo de 2008

Características de los niños con altas capacidades

Un niño con capacidad superior al promedio afronta la realidad con una inteligencia potencial de un adulto, pero la percibe y la sufre como un niño de su edad real. La vida del niño talentoso ronda en torno de un desfasaje central entre su edad cronológica y su edad intelectual. Por eso es vital atender el área afectiva. Se tiende a olvidar que estos chicos que parecen tan maduros y tan adultos, son todavía niños. El Centro para el Desarrollo del Alto Potencial, que difunde su tarea didáctica a través de Internet, quiere enseñar a los padres a respetar las etapas evolutivas de sus hijos, buscando la integración socio-afectiva en su familia y en la escuela. Los especialistas opinan que cada momento de la niñez y la adolescencia vale y debe vivirse como tal. Para identificar a un niño talentoso, proponen una lista de características.Aunque los especialistas coinciden en que es muy difícil generalizar, los individuos brillantes suelen manifestar varias de las siguientes características:

Observación: Son perceptivos, con una mente singularmente inquisidora. Presentan un acentuado poder de observación.
Curiosidad: Viven en permanente curiosidad intelectual. Hacen muchas preguntas y siempre buscan información.
Terminología: Logran un habla no acorde a su edad cronológica, desde muy pequeños, con tonos y reflexiones adultas.
Lectura precoz: Presentan una avanzada habilidad para la lectura y la escritura desde edades no habituales. Suelen destacarse primero en la lectura que en escritura ya que la escritura está unida a la destreza motriz, cuyo desarrollo avanza mucho más parejo con la edad cronológica.
Impaciencia: Se aburre fácilmente y puede suceder que tengas lapsos de atención corto.
Concentración: Pueden tener largos períodos de concentración cuando se trata de un tema que les interesa. Suelen ser cíclicos: toman un tema por un cierto período de tiempo, lo agotan y luego no los motiva más, lo abandonan y toman un nuevo tema. Llegan muy rápido a dominar las habilidades en que se ejercitan, así como en el manejo de las estrategias básicas.
Análisis: Son hábiles y rápidos para interrelacionar ideas, facilitando el análisis de cualquier tema.
Abstracción: Tienen facilidad, aún desde la infancia, para el pensamiento y la reflexión abstracta y para la crítica.
Originalidad: Tienen una tendencia fuerte a la originalidad de los conceptos, juicios, soluciones de problemas, preguntas.
Sutileza: Tienen un sutil sentido del humor.
Fragilidad: Requieren estabilidad emocional y adultos seguros alrededor de él o ella.
Rebeldía: Suelen resistirse a la autoridad si no está democráticamente orientada.
Frustración: Pueden sentirse frustrados fácilmente porque no tienen recursos o gente que los asista para llevar sus grandes ideas a la realización.
Habilidad: Pueden tener una ilimitada habilidad en un área determinada del conocimiento o del arte, como la música, la matemática, la física, la pintura o el deporte.
Autonomía: Tienen modos de aprendizaje preferidos; particularmente en la pintura y matemática. También suelen ser autodidactas.
Indagación: Aprenden desde un nivel exploratorio y se resisten a la repetición memorística y a ser sólo oyentes.
Inquietud: No pueden permanecer sentados a menos que se sientan absorbidos por algo que realmente les interesa.
Justicia: Tienen un fuerte sentido de la ética y de los valores morales, sobre todo el de la justicia.
Compasión: Son muy compasivos y tienen muchos temores como el temor a la muerte, a perder a los seres queridos, etc.
Sensibilidad: Si experimentan el fracaso tempranamente, pueden abandonar y desarrollar bloqueos permanentes en el aprendizaje, lo cual tiene que ver con su alta sensibilidad.
Hiperactividad: Excesivo derroche de energía que se manifiesta a través de cierta hiperactividad.





Distintas categorías de niños especiales


La Licenciada Claudia Alonso sostiene que hay autores (Tenenbaum) que diferencian entre:
(en orden creciente)
Precoces: los que tienen un desarrollo temprano inusual. La mayoría de los superdotados son precoces pero no todos los precoces llegan a desarrollar capacidades excepcionales.
Prodigios: realizan una actividad fuera de lo común para su edad y condición. Desarrollan productos que llaman la atención a un campo específico: memoria, lenguaje, etc. Hubo figuras inminentes que fueron prodigios en su infancia (Mozart) pero otros no (Einstein).

Genios: sujetos con una gran capacidad intelectual y de producción. Personas con capacidades ilimitadas, como Da Vinci.
Talentos: es la capacidad de rendimiento superior en un área de la conducta humana. Hay numerosas clasificaciones de tipos de talento: científicos, artísticos, etc.
Alta Capacidad: medida a través de pruebas psicométricas. La línea de corte la establecería un cociente intelectual de 125-130.
Brillantes: los que se destacan en alguna capacidad en un contexto determinado.
Excepcionales: los que se desvían de la media.
Superdotados: adultos que se destacan en todas las áreas del conocimiento.

La experta considera que hoy, dentro de los sistemas educativos modernos en los que se contempla la igualdad de derechos y la atención a la diversidad como premisas básicas, la atención a los alumnos con capacidades especiales asociados a la sobredotación debe ser, necesariamente un hecho. “La identificación de las altas capacidades –añade- debe ser vista como un proceso continuo, no único que dice de una vez y para siempre si un niño es superdotado o no. Los talentos emergen y crecen evolutivamente, y algunos no llegan a emerger porque no se produce una adecuada estimulación
”.